no vas a misa, pero vez a Dios en la disco

Nuevas discos queer se inauguran y uno debe, como buen párroco, visitarlas para darles la clasificación correspondiente. Se que en todas ponen la misma música, que el bailoteo desenfrenado es el mismo y que las películas hornys en manchados vhs son las mismas. Pero si uno no investigara el dicho “la curiosidad mato al gato” no existiría y uno es, ante todo, un periodista copuchento hasta la medula.

Ahí estábamos el Educ y yo en medio de este nuevo lugar directamente al frente de ese antiguo lugar al lado del zoo. Llegamos a la puerta. Nos mira un guardia que comía un sándwich más grande que uno de sus pulmones y mientras por un lado le chorreaba la mostaza con la otra mano nos alentaba a pasar con un mínimo de registro. Uno podría traer una bomba y hacer explotar a todos estos maricones, pienso, o hacer el más grande contrabando de drogas en estas dependencias y nadie se enteraría jamás. Total el guardia esta bien alimentado y no desconfía de nadie. Subimos por las escaleras, pasamos por 4 puertas que son así como las típicas que uno pondría antes de una cocina: sin cerraduras, pero que se cierran o abren al empujarlas.

Al entrar un halo de luces centellantes obliga a mis ojos a calibrar de nuevo y retroceder un paso. Esto parece ser el festival de viña año 89 con unas luces recalcitrantes a morir. La pista, del porte de mi pieza, tiene unos cubos donde bailan tipos en teoría guapos hiper bronceados, en yungas (calcetín incluido), gafas (para no se que sol) y gorros o sea si no te vas empiluchar entero quédate en tu casa, eso de querer pasar por agente secreto sobre un cubo y con el cuerpo aceitado no esta funcionando.

Hay poca gente, calculo unas 30 a lo más. Esto parece baile de graduación adolescente. En la pista hay una zona que no alcanza a ser completamente iluminada y en ella están todos los tipos o la gran mayoría. Así como cuando uno era chico y por un lado se ponían todas las chicas y por el otro todos los chicos hasta que uno, el menos gil o el moderno macho alfa, se levantaba y sacaba a bailar a la damisela más guapa y así empezaba el atraque heterosexual. Chorreante de hormonas teen.

Con el educ nos sentamos en el sentido contrario, ahí donde llegan todas las luces. El educ me apoya en mi extraña manía de mirar a las personas mientras bailan. Son la 1:30 y nada bueno pasa. Hasta que llega “the dancer”. The dancer es un chico de mi universidad que obviamente estudiaba danza y por el cual mis hormonas se movían más de la cuenta. El tipo es guapo, o sea según mi freakeada visión de la belleza el era guapo. El día que quede impactado fue una tierna mañana de invierno cuando llegó teñido de rubio y con sus ojos hiper azules. Alucine, literalmente vi la cara de dios.

Y ahí estaba yo, sentado en el vértice de esta terrorífica pista, con el educ desaparecido en las siniestras salas oscuras no pude hacer nada más que sentirme corresponsal para mi blog. Me pongo de pie, mientras miro hacia la barra y justo aparece este caballero. Era un caballero, digamos que Mr Italo S.Q.P. era medio parecido, y me lanza un beso. Yo, como chico precavido, miro hacia los lados o sea asumo que un tipo que podría ser mi tatara abuelo no me estará cortejando. Muero de la impresión, si es a mi! En ese mismo instante se lo lanzo de vuelta, no es que me gustara, pero que es la vida sin un poco de humor?. Me cierra un ojo y me saluda a lo cual respondí con un “hola”. Trate lo más que pude de mantener la cordura y no reír. Pero mi hiperventilado yo interno ya no entraba en razón. En un instante de descuido me escurro a través de los escalones hacia el baño. Que en una disco gay no son ninguna salvación, este estaba decorado con luces moradas así el más fino motel y el más reluciente baño se unían en una oportunidad única en el mercado.

El educ estaba en una salita entre la pista y los urinarios, baje y la salita era una sala en realidad dedicada y enarbolada al porno. Sillones muy a lo butaca cinematográfica nos hacían sentir en lo mas chic de los pornografos capitalinos (aunque no se si alguien quisiera darse este ejemplar titulo) de partida el porno era malo. A todo el mundo le gusta ver muchachos blondos y acalorados que se ayudan a quitar la camisa unos a otros y si es posible que se froten aceite y todas esas fantasías tropicales que el erotismo gay gringo nos regalo, es decir bienvenidos sean!. Pero este no. La mayoría de las imágenes que alcance a ver eran de tipos flacuchentos, desabridos, cero broke back como si lavin y sus samuráis nos mostraran su maestría en kamasutra

El educ estaba complicado. A su lado estaba un duende mórbido y sudoroso embutido en una ajustada (más de lo razonable. esta gente no sabe que pueden parar la circulación sanguínea con esa conducta) polera roja, que lo miraba con cara de deseo. De hecho me dijo que el 8 enano de blanca nieves le había dicho “oye lolito, quieres fumar?” a lo que yo respondí: ¿supongo que no probaste su cigarro? Obvio que no.

Obvio que no.