te juro que no son zombis!
Primero debo aclarar que mis sueños son freaks. O sea no soy el típico joven / post adolescente que despierta amando el mundo pink en el que vive, por que esto sería distar bastante de la realidad.
La otra noche me dormí normal, nada de dar mil vueltas en la cama, ni de mirar 2 horas el techo mientras el puto de Morfeo trata de proyectarme un poco de polvillo adormecedor para lanzarme definitivamente entre sus brazos. No, nada de eso había pasado. Afuera, la lluvia y lo enrojecida de las nubes hacían que mi sueño fuera más placentero aun.
Hasta que empecé a soñar.
Estábamos en pleno centro de Santiago, “estábamos” pues en mi sueño se encontraban todas las personas que conozco o que medianamente reconozco en la calle..si, tu también te encontrabas ahí. Atrapado en la penumbra de morfi. Era el acto ciudadano que dio el vamos al gobierno de Bachelet (hasta el momento nada malo, algo retro pero nada más) las multitudes caminaban por las calles hasta el encuentro del acto principal ubicado en ahumada con la Alameda, pero todos estos marchaban por huérfanos hacia dicho lugar.
Mis amigos más cercanos y yo estábamos en una especie de negocio que vendía completos. Este lugar tenia forma de diamante por lo que podía verlos sin la necesidad de ser un acróbata. El señor que vendía los sándwich vestía de blanco y tenia un sobrero largo, de esos típicos de chef. Mis amigos le pedían cada completo con ingredientes especiales, la carola pidió sin salchicha, la pily con extra ketchup, el willow con más chucrut. Mientras tanto y veia una pila de diarios que estaba justo en mi puesto. Por mis pupilas desfilaron el mercurio, la tercera y la nación con distintos titulares que ahora no recuerdo pero, que en este entonces tengo el sentir que me llamaron mucho la atención y hasta me horrorice un poco. Algo que noté es que nunca apareció la segunda…será por que no soporto ese diario?.
Después de eso nos levantamos y caminamos en dirección al acto. En ese momento mis amigos se dispersan pero logro verlos a todos a la distancia. Mas allá en un auto negro con los vidrios polarizados esta mi mama y mi hermano. El auto no se mueve y esta rodeado por tipos vestidos de negro con gafas oscuras.
Voy solo, camino y camino. A lo lejos diviso toda una publicidad de la recién electa presidenta y su conglomerado político. Todos caminan en esa dirección con felicidad a flor de piel. Bachelet parece estar en una montaña, pero no puedo distinguirla bien es como si su luz se mezclara con la del sol, de hecho nunca le vi la cara. No puedo estar más angustiado.
Detrás de mí veo acercarse a toda velocidad una micro. Muy transantiago versión asesina. El bus atraviesa todas las calles venideras a gran velocidad y es como si se viniera sobre nosotros sin piedad. Miro hacia tras y el bus se aproxima, les grito a las personas que estan justamente sobre su camino, pero me siento como en una película a la cual oprimes mute, la gente sencillamente no me escucha y continúa su camino. Cientos de niños, ancianos, solo veo personas que están, en cierta forma, desvalidas. Saco mi pie del camino y el bus arrasa con todos ellos. El desfile de sangre es espantoso y me quedo pasmado ante la diabólica situación. Puedo ver como cuerpos, aun vivos y sangrantes, se aferran como zombis a las alambreras que llevan los buses en sus partes posteriores. Al avanzar sobre la calle los cuerpos siguen cayendo uno tras otro y me quedo paralizado. Empiezo a pedir ayuda, pero una vez más las personas de mi alrededor parecen no escucharme. Les grito, les digo que paren, que las personas están gravemente heridas (no con esas palabras, obvio) pero continúan caminando, como si no tuvieran registro propio de lo que ahí ocurre. Una masacre frente a sus ojos. Mas allá la celebración Bachelet continúa sin demora y la nueva líder es proclamada ante un millar de personas que lo único que quieren es poder tocar un segundo a la recién estrenada divinidad política.
El auto negro sigue ahí, pero ahora se baja uno de sus vidrios y aunque no veo a nadie, se que debo subirme. Camino hacia el y me subo. El chofer un tipo al cual no le veo los ojos. Sube los vidrios y saca a mi mama, mi hermano y a mi de ahí. Tomamos una calle alternativa y desaparecemos del lugar. De Bachelet nada, de ambulancias nada, de dignidad con las personas nada.
Heavy. Mis sueños están cada día peor…la pregunta del millón: ¿Qué cresta quiso decir mi subconsciente ahora?
5 comentarios:
mmmmm... no será que sientes que tienes una gran verdad (política-social, así por sersss) y que nadie te está pescando?
para eso estás escribiendo, no? para decirla
besos, lindo
pero sebis como no cahaste... claramente tu sueño indica el profundo arrepentimiento y la culpa que tienes por haber votado por la sita gordis. Esperate lo que te va a pasar cuando le des el voto al oligofrenico de longuiera.. seran noches y noches con guzman en pelota haciendote la danza del vientre. ...uff que miedo. yo que tu paro de esto de seco y me uniria a la dc.
besos.
pd: millones de felicitaciones por entrar al taller... viste que no todo es tan terrible. se viene el villouta en potencia (pero ojala sin tanta burla de LUN)
ufff... mucha junta con la familai pop diria yo.
y también que tu vision del estado politico y social en chile, es bien tragica pero que no te sientes lo suficientemente calificado para gritarlo a los cuatro vientos, o algo asi diria.
freak tu sueño oye
la triste realidad es que don craf tiene la culpa de todo haciendonos creer que de verdad al gobierno le importa la gente , cuando es obvio que estan tan ensimismados en ellos mismos y sus egos personales que no son capaces de asumir sus culpas , errores y por que no decirlo estupidez disfrazada de tolerancia.
yo no vote por ella! ni jamaz votare por la concertacion..
de seguro si es que yo estaba en tu sueño andaba patiando la cabezas de los zombies!
volvi!!!!!!!!
pense verte hoy en blondie, para asi saludarte esta vez!!
besos
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