Oh my Dior!

Hace unos días, en plena Paris fashion week. Unas militantes de peta se lanzaron con todo contra la directora de Vogue Anna Wintour. Desde hace años, los defensores de los derechos de los animales protestan en pasarelas. Pero este pudín de tofú usado como proyectil contra la perfecta cabellera de la Wintour marca todo un precedente. Yo entiendo a estas militantes. Nada, ninguna idea por lo revolucionaria que sea puede pasar a llevar el ecosistema de forma tan brutal como es la obtención de pieles para abrigos. Y eso que yo idolatro a la Wintour. La Wintour es de esas personas en que uno se quiere transformar tarde o temprano: esbelto, disciplinado, exigente, perfecto, un producto de exportación notable en un mar de incapacidad chilena. Wintour ha sabido construir su propia leyenda a trabajo duro y con esa imagen petulante e insoportable son pocos los hombres capaces de acercársele. Hace unas semanas leí una columna que postulaba la teoría de cómo era posible de que en el mundo occidental se le diera tanta importancia a la ropa mientras millones de personas viven con menos de un dólar al día, la moda es un mal necesario como S.Q.P. o E! no se puede pretender vivir encerrado en cifras macroeconómicas o en luchas eternas. Pienso que occidente (y el mundo) de deben a sus vestiduras. Si no hubiese sido por Coco Chanel quizás a ninguna mujer se le pasaría por su cabeza el haber usado pantalones o el color negro, utilizado exclusivamente para el luto. Todo esto me huele a revolución sexual a cambiar el rol de las mujeres en la sociedad. Chasnel (su verdadero apellido) fue una artista, diseñadora y empresaria sin igual que modificó el paradigma de la vestimenta en medio de los conflictos armados más grandes del siglo XX. Pero esto en algún momento pareció lucha entre liberales y conservadores. Mientras Chanel ponía a sus mujeres pantalones, Dior fundaba el término “New Look” para olvidar los años de la guerra y replanteaba su forma de ver la feminidad. Aun en medio de una fuerte crisis económica Dior creo faldas cortas y utilizó la bisutería como su gran aliada. Y no valla a pensar que la moda es sólo para mujeres, ahí estaba hasta hace poco Tom Ford el cual resucitó a Gucci después de años de pérdidas y le dio un nuevo aire en cada temporada. Ford fue considerado el símil masculino de Chanel y no escondía sus intenciones cuando declaro que creía fielmente en: “la dominación del mundo a través del estilo” Debo decirlo he comprado Vogue un par de veces, pero es solo por el afán de admirar lo que nunca tendré. Por que está claro que si me quisiera vestir de Dior de pies a cabeza tendría que vender una cornea, un riñón, ahorrar unos 15 años y así y todo compraría un pinche pantalón, por que de que esto es caro….es carísimo!