Would you like to try?

El otro día me dijo: “nosotros no somos pareja, somos novios”. Plop. Chucha! El mundo gay tiene sus propios códigos y yo que, en teoría, me manejaba medianamente en los del mundo heterosexual, una vez más he quedado abajo.

Fue peor que fiesta de 15 y por suerte tenia caballería apoyándome. No es fácil pararse en frente a 10 ojos inquisidores buscando repuestas sobre quien eres, que haces, como respiras o si tienes 4 neuronas que bailan al son de Thalia. Lo siento, siento el desfalco. Pero no soy así.

En la butaca detrás de mí unos tipos que si eran pareja me muestran la distinción. Que, lamentablemente, sigo sin entender.

La obra en juego mostraba las mil caretas de un estudio de televisión que se dividía entre la frivolidad a lo S.Q.P. y la búsqueda de las respuesta tipo : ¿what the hell are we doing with our life?! Un animador gay encubierto con un matrimonio resquebrajado, una astróloga chanta, una nutricionista que contaba calorías como caja registradora del Mc Donald y una actriz a lo Daniella Campos cerraban el cuadro agridulce.

Pero mientras todos reían en la inmensidad del teatro. No lograba aun asimilar que significaba ser “novios” y no ser pareja. Es un tema de tiempo?, si llevas 8 meses ya eres pareja? 12 meses, un año?

De vuelta en la casa de willow, después de nuestra entrada seudo triunfal en la puerta del teatro, nos demoramos. Nos demoramos mucho, casi como para que al llegar al depto todo este apagado y nos tengamos que escurrir entre las sombras de las lámparas de las calles.

Al llegar ahí estaban: F (boyfriend), Frechboy with a sister and Boyfriend y Kp. Por suerte los millones de engendros post Cher no llegaban y nunca lo harían. Luego llego MF y con esos actores se completo la noche. Si ustedes recuerdan a los amigos de Derek Zoolander, los que murieron en la estación de gasolina al compás de una canción ochentera de George Michael, entenderán por lo que estábamos pasando.

No soportamos la presión de tener a un grupo de gays treintones sobre nosotros, como diciendo “a ver uds por que son tan cool?”, si a los finales todos sabemos que nos consideran profundamente estúpidos. A nuestro favor está el no haber nacido en medio de una dictadura y tener bastante menos traumas con la autoridad. Y que, claramente, no nos creemos personajes salidos de las pantallas de Hbo.

Les cuesta entender que el Willow no quiere ser una Heather y que no nos gusta su comparación.

Aunque debo reconocer que toda esta situación me ha tomado por sorpresa y mi radar sentimental se posiciona con desespero en cualquier parte. Me he descubierto asumiendo que me gusta (eso ya es espinoso-peligroso) y echando de menos que es peor aun. La independencia emocional es lo último que se disipa (la esperanza paso de moda) y creo que la estoy perdiendo. Será el momento, por vez primera, de dejarme llevar?