mi amiga TV ataca de nuevo!

De verdad que ahora me siento como Christina Aguilera cantando “Hurt”. Claro, una versión tercermundista, menos rubia y zero Money.

Si de nada sirvió Nicole y el “Tal vez me estoy enamorando”. Convertido en himno de mis días otoñales. No, de nada.

Pero pasemos a otro tema mejor.

La Jueza era la nueva proeza. Y como fiel representante de las lides superiores del periodismo en el planeta Tierra, nos encargaron la majestuosa misión de cubrir el espacio y de paso, hacer de público.

La idea era que llegáramos tipo dos de la tarde. Así, desde un metro, una van nos tomaría y nos dejaría ahí mismo. Ahí donde las super estrellas de vivir con 10 hacen sus lujuriosas y melosas escenas.

Despues de la última clase de redacción de la semana partimos. Éramos cuatro, un numero bastante vergonzoso si pensamos que era para “un trabajo- expedición” a un medio. Pero con el pasar de las horas, la presencia del resto de mis compañeros se hizo evidente.

Entramos al estudio y una cortina de acero nos separaba del ruido citadino. Las luces nos daban las clases de solarium que tantos renegábamos y que no queríamos asumir.

El estudio es mínimo. El living de cualquiera de las casas de mis compañeros millonarios debe ser dos veces más grande. La Jueza está sobre un estrado iluminado, como una divinidad legal superdotada y todo poderosa dentro de esas cuatro imaginarias paredes.

Nos hacen aplaudir por 45 segundos exactos. Mis compañeros empiezan a sentir la seudo manipulación de la producción, y eso que solo estamos empezando en esto. Las cajitas de jugo y galletas llueven, solo para disminuir la presión y las ganas que tiene la mitad de irse de aquí.

Entran los primeros participantes. Ella, una chica de unos veinte años, muy de blondie y presidenta del club de fans de tatu. El, un chico rayando en la anorexia, se presenta como heterosexual, lo cual produce una risa cerrada y hermética en el público.

La demanda consiste en que la chica siente un desprecio constante de el por sobre los amigos de ella. Y que durante estos últimos meses su amistad se ha debilitado como hojas que caen por el otoño. En este instante a mi esto me empieza a oler a tongo.

La discusión va y viene. Informaciones inconclusas y coordinadores de piso escriben en pizarras blancas: “POR QUE EL NO ME PONE ATENCIÓN” o “SUS AMIGAS TERMINAN BAILANDO EN SOSTÈN”. No se por que, pero siento un dejo de superioridad del equipo por sobre los invitados. Así mirados como post adolescentes perdidos y frívolos, la contienda continúa llegando a una amalgamada resolución. La amistad es un vaivén eterno, por lo que no se puede pedir fidelidad y honestidad eterna. La amistad se construye día a día. Esto será verdad o solo un speech de un periodista que vio muchas series gringas en su adolescencia?

La jueza es la vuelta de tuerca de los realitys. Si la gente ya no se quiere meter en una casa 24/ 7, la opción es que valla a ventilar sus problemas en un caluroso estudio, pero televisado, lo que le dará “seguridad” que su vida, después de la emisión, estará perfectamente encausada.