Peruvian: A wild story

Corrían las calurosas vacaciones bonaerenses, cuando de la nada apareció pequeña peruvian llenando de sabor limeño nuestra tranquila estancia.

peruvian media medio metro, pero medio metro cerrado. Ni siquiera le alcanzaba para 1.51. Con suerte su adn la hizo crecer lo necesario para no ser aplastada por la multitud, pero lamentablemente no le dio el cerebro como para no ser devorada por la muchedumbre.

Estábamos sentados en una mesa larga, de madera añeja y bastante carreteada, típica de comercial de té supremo. Carolaina, Buscagaia, Campos, Derbitch, flakis, S.N, peruvian, XL, peludo y mexican.

mexican era lo más cercano que estaré del hombre de cro magnon. Alto, moreno, sin zapatos, con cara de macaco salvaje recién sacado del amazonas y profundamente desempleado. Amigo intimo de peruvian, que insistía en meternos conversa a pesar de que ninguno de nosotros estaba en lo más mínimo interesado en ella.

Sentada en el borde, casi cayendo de mesón, especulaba sobre su espectacular vida familiar en lo profundo de la civilización Inca.

“los argentinos son discriminadores, nosotros, (no sé por que ella se sentía parte de lo que califique como “nuestro grupo”) que venimos con dólares, a estudiar a este país, nos tratan mal” todo con un dejo de superioridad económica que me sentó muy mal, por lo que me di vuelta y no intercambie palabra con ella. Sin embargo, peruvian era un poco pegote. Y yo lo asumo por que tiene 19 años, estaba sola en un país semi extraño, donde no tenía amigos y al ser tan desagradable, no mucha gente la tomaba en cuenta.

peruvian, que vestía un traje corto, casi como un baby doll, lo que la transforma en una nena pornográfica ya que en Argentina la mayoría de edad llega a los 21, nos contabas así la historia de su vida: mis padres son médicos, tengo una hermana que estudia en princeton y yo estudio “algo” (nunca dijo que) en la universidad de Palermo.

“nosotros tenemos mucho dinero”

Esa fue la frase que rebasó la conversación. De ahí en adelante y cuando el reloj marcaba pasadas las 3 de la madrugada, peruvian se levantó y se fue a conversar donde estaba el reducto de machos. Los chicos no la recibieron muy bien. De hecho al rato xl vino a sentarse con carolaina. El aburrimiento lo consumía.

El televisor encendido nos decía que en Chile la teletón ya estaba en tierra derecha. Las millones de luminarias de medio pelo se regocijaban bailando el koala para hacer que la gente fuera a los bancos, y por un segundo olvidaran sus problemas económicos para ayudar a otros.

Que importa que Raquel Calderón gane dos millones de pesos mensuales?, que importa que Tomicic se haya comprado un departamento de un millón de dólares, cuando puedes prestar sus sonrisa botox para recaudar fondos para esta “noble” causa?

El grupo se dividió, cada uno se fue a conversar a distintos lugares. El televisor se hizo mi amigo y junto son shiloh , nos sentamos a pelar al mundo. Hasta que llega el notición. Se habían robado el celular de XL, un celular bastante normal, pero con un alto valor sentimental.

Ahora todo era una novela de Agatha Christie.

Quien se robó el celular?, quien fue la /el último en verlo?, quien necesita tanto un teléfono como para robar uno? quien nos agarro mala y se lo robaría para inculparnos? Todas las pruebas a puntaban a la triste peruvian.

Las horas pasaron. El celular no apareció. XL se nos puso triste. Y nosotros tristes con él.

Al día siguiente

Una party, con no se que motivo, movilizó a todo el hostel, incluida peruvian, obvio.

Alemanes, gringos, uruguayos, chilenos y toda la pintoresca expresión multicultural se dio cita a la peculiar fiesta. Donde peruvian pasaba completamente desapercibida debido a sus 55 centímetros de humanidad.

A las 4 de la mañana asumí que era un tiempo más que suficiente para ir a dormir. A las 6 de la mañana escucho unos gritos, carolaina no estaba en su cama, asi que decidi salir a investigar.

Era peruvian gritando a todo pulmón en la habitación continua a la nuestra. Le habían robado 100 dólares desde su bolso, dinero que a nadie le constó que estuviera ahí.

Empezó la verdadera fiesta.

peruvian empezó a golpear a las otras chicas de la habitación, gritando a los 7 mares de que le habían robado los 100 dólares y que estaba EM-BA-RA-ZA-DA. Fue en ese momento que con carolaina estallamos en risas. peruvian tenia un pequeño problema de evasión de la realidad. Si por cada mentira que contó nos pagaran un dólar, claramente, seriamos millonarios.

Los encargados del hostel la hicieron bajar las escaleras y luego de una asfixiante llamada a su “madre”, fue expulsada por la puerta, ya que no quiso pagar nada de lo que debía. Antes de eso, claro, en medio del madrugador escándalo, dijo que su padre era abogado y que iba a llamar a la ONU para que fueran por ella.

Lo peor de todo es que luego nos encontramos con el mentiroso espécimen en al aeropuerto. Pobre peruvian embarazada, sin dinero y más encima se encuentra con nosotros que nos reímos mil horas de sus inhumanas tragedias.